Una aproximación crítica desde la cultura del diseño para el abordaje del spec work

Esta comunicación aborda la temática del spec work (encargo de forma gratuita donde el trabajador espera recibir alguna compensación económica a cambio en el futuro) enfocada desde una perspectiva crítica. Entendiendo la práctica profesional del diseñador enmarcada en un contexto global y capitalista, se presentan una serie de conceptos enfocados desde la óptica de la teoría de la cultura del diseño —desarrollada por Guy Julier—. En particular, analizando procesos en los que los propios diseñadores van construyendo un imaginario profesional en torno a la disciplina en la que se desempeñan. Y donde tales ideas son percibidas e incorporadas por y desde el entorno (la sociedad) en todo momento.

De esta manera, se propone una serie de definiciones cuyo principal objetivo es el de brindar una plataforma teórica que sirva como punto de partida para el abordaje académico del trabajo especulativo. Comenzando con el desarrollo de aspectos clave a tener en cuenta en torno al diseño de comunicación visual (la metodología proyectual en sí, la profesión y la formación educativa); atravesando la creación de valor en la era del capitalismo cognitivo y las economías amateur (terreno en el que se desenvuelven hoy los prosumers); para llegar finalmente a las diferentes formas en las que se presenta el spec work en la actualidad.

En este contexto, se traza una línea de márgenes borrosos con la que conviven los trabajadores de la cultura y la creatividad como fuerza productiva. Se configura así un escenario propicio donde cohabitan la contratación de profesionales en puestos de trabajo formal a cargo de proyectos de diseño y diferentes formas de llamado a concurso como crowdsourcing (dejando la resolución de tareas a cargo de colectivos de voluntarios) donde se pueden percibir diferentes manifestaciones de precarización laboral.

Sin embargo, existen organizaciones como la Red Federal de Diseño y Comunicación Visual de Argentina y la Red Española de Asociaciones de Diseño que se encuentran trabajando para regular de alguna manera esta situación. En el primer caso, por ejemplo, a través de la redacción de un Código de Ética Profesional y, en el segundo, a partir de la creación de una serie de documentos de “buenas prácticas”.

A modo de conclusión, se reflexiona sobre la necesidad de profundizar y criticar las prácticas académicas y profesionales actuales, para poder discutir las situaciones en las que los diseñadores se encuentran en situación de vulnerabilidad. No solo en el ámbito de las organizaciones que nuclean a trabajadores sino abriendo de esta manera el debate a estudiantes e investigadores para que se sigan desarrollando y produciendo conocimientos sobre esta temática.

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