El concepto de prosumidor ha sido objeto de un renovado interés con el advenimiento de la denominada Web 2.0. La noción de un usuario que es consumidor de un servicio web y, al mismo tiempo, productor, habitualmente no remunerado, de contenidos ha abierto un debate en torno a si la actividad en las plataformas digitales puede ser caracterizada como trabajo y a si, por lo tanto, está dando lugar a nuevas formas de explotación.
En esta comunicación se hace una revisión del debate generado en torno al concepto de prosumidor propuesto por Christian Fuchs. Según este autor, que parte de la teoría del valor trabajo de Marx, los prosumidores son trabajadores que generan datos para las compañías propietarias de las plataformas digitales. Como no reciben remuneración por este trabajo estarían generando una plusvalía y serían, por lo tanto, objeto de explotación capitalista. Este punto de partida abre un debate interesante en torno a unas dinámicas que, a pesar de ser nuevas, tienen una importancia creciente en las sociedades actuales. Sin embargo, interpretar a los prosumidores, únicamente como trabajadores explotados, puede oscurecer una aproximación más rica al fenómeno que dé cuenta de las dinámicas más amplias de desigualdad que se generan en torno al uso de las plataformas digitales.
En esta ponencia se defiende la pertinencia del concepto de prosumidor para el análisis de algunas de las desigualdades que se están generando con la llegada de lo que se ha denominado la cuarta revolución industrial. Al mismo tiempo, se plantea la conveniencia de enfocar el fenómeno desde una óptica que supere las visiones puramente economicistas, ancladas en la teoría del valor trabajo. Este trabajo se sitúa, por ello, en una concepción incrustada de lo económico, que permita dar cabida a las dimensiones más culturales de la desigualdad relacionadas, tanto con la clase social, como con el género o la etnia. Para ello, se parte la teoría de campos de Pierre Bourdieu, que integra las dimensiones las desigualdades económicas, con las desigualdades culturales, a través del concepto de capital cultural, y con la dimensión de la conectividad, recogida en el concepto de capital social.
Se plantea, en este sentido, que el uso de las plataformas digitales, además de la dimensión de trabajo de producción de datos para las compañías propietarias de dichas plataformas, tiene otras dimensiones que no conviene descartar. Sirve, en primer lugar, como infraestructura para el establecimiento de relaciones sociales que pueden dar lugar a la adquisición de capital social. Determinados usos de estas tecnologías pueden permitir también, bajo ciertas condiciones, que se adquiera capital cultural que puede colocar a los individuos que lo poseen en una situación de ventaja frente a otros. En definitiva, el uso de las plataformas es susceptible de generar desigualdades más complejas que las derivadas del trabajo de producción de datos.
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José Rodríguez Terceño
Comentó el 30/04/2021 a las 12:58:51
Hola, Mikel. Muy interesante tu propuesta (lástima la falta de espacio y tiempo). Me gustaría preguntarte tu opinión sobre cómo encaja todo esto en el escenario de autoexplotación (menos consciente fuera del terreno laboral) y que, por su naturaleza, no se contempla como generadora de beneficio económico. Gracias.
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Mikel Barba del Horno
Comentó el 01/05/2021 a las 18:25:43
Gracias por el comentario José. Pienso que lo que se podría denominar autoexploración o explotación sin relación laboral se da en el caso de muchos creadores de contenidos, especialmente en aquellos que se dedican profesionalmente a la actividad o aquellos que tienen intención de hacerlo.
Creo que se hace urgente desarrollar herramientas que desde la Ciencias Sociales nos ayuden a comprender estos fenómenos. Mi ponencia en ese sentido hace una aportación muy modesta al dejate, en el sentido de que a pesar de que el capitalismo Digital está impulsando nuevas formas de explotación, tampoco podemos entender toda actividad on-line como explotación laboral. Pienso en ese sentido que mientras que el creador de contenidos aporta trabajo y es, por lo tanto, susceptible de ser explotado, en el caso de los usuarios de redes sociales me parece más difícil de defender.
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Javier Almela-Baeza
Comentó el 28/04/2021 a las 15:56:56
Estimado Mikel
Encuentro tu trabajo y punto de vista muy interesante. En un escenario hipotético, donde la creación de contenidos audiovisuales se aprendiese desde la enseñanza primaria, igual que se hace con las matemáticas, lengua, y no de un modo autodidacta, como lo hace el prosumer... ¿cómo influiría esta variable en sus postulados?
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Mikel Barba del Horno
Comentó el 29/04/2021 a las 16:42:47
Hola Javier, muchas gracias por el comentario. Lo cierto es que, en el debate económico en torno a los prosumidores, no me he centrado tanto en los creadores de contenidos como en los meros usuarios generadores de datos.
El campo de los creadores de contenidos no lo tengo suficientemente trabajado, pero desde mi opinión como docente te diría que el alumnado está actualmente a años luz del profesorado en cuanto a conocimientos técnicos -y muchas veces estéticos- en ese campo.
Por otro lado, desde mi ignorancia en temas de comunicación audiovisual, me da la sensación de que el espacio de internet ha abierto una vía para que jóvenes sin conocimientos técnicos ni estéticos formales desarrollen contenidos que tienen un éxito notable entre el público. En este sentido, creo que la importancia de los expertos en creación de contenidos (creadores, editores, mediadores, etc.) se cuestiona de manera frontal en todo este proceso y que el funcionamiento de la propia plataforma hace una selección en base a criterios puramente mercantiles de lo que vale y lo que no. Las consecuencias que esto pueda tener desde el punto de vista estético creo que podrían ser interesantes de analizar.
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