La violencia en el noviazgo adolescente es un fenómeno que siempre ha existido y que, en los últimos años, con el auge de internet y las nuevas tecnologías se ha extendido también al contexto online. Este contexto virtual, con el uso generalizado de las redes sociales, se ha convertido en un nuevo espacio relacional, en el que ciertos comportamientos violentos parecen estar normalizados entre la población joven. Este tipo de violencia online tiene una serie de características específicas que le confieren las redes sociales, tales como el anonimato, la amplitud de audiencia, la permanencia en el tiempo de los contenidos y la rapidez y comodidad que ofrecen, que no sólo alientan su perpetración, bajo una falsa sensación de impunidad e invisibilidad, sino que también posibilitan el ataque constante a las víctimas que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad. Por consiguiente, este estudio tiene como objetivo analizar los comportamientos de ciberviolencia en el noviazgo adolescente en función del sexo, concretamente en las dimensiones de Control y Agresión Directa, tanto desde la perspectiva de las víctimas como de los/as agresores/as. Para ello, se empleó una metodología cuantitativa mediante la administración de un cuestionario de carácter anónimo y voluntario, en el que participaron adolescentes de 3º y 4º de Educación Secundaria Obligatoria, y de 1º y 2º de Bachillerato de una población semirural del sureste de Galicia. La muestra estaba compuesta por 365 adolescentes con una media de edad de 15.8 años, de los/as cuales el 53.9% eran chicas y el 46.1% chicos. Un 55.2% del alumnado tenía o había tenido pareja. Entre los principales resultados del estudio se observa que la ciberviolencia en las parejas adolescentes se da de forma bidireccional, encontrándose diferencias significativas de baja intensidad en la subescala de Agresión Directa desde la perspectiva de la víctima, con valores más altos en los chicos. En la misma línea, por lo que respecta a la perspectiva del agresor/a no se detectan diferencias significativas, tanto en los comportamientos de Control como de Agresión Directa. Las situaciones de ciberviolencia más frecuentes son las relativas al Control, tanto desde la perspectiva de la víctima como desde la perspectiva de los/as agresores/as, con aproximadamente un 45% del alumnado que manifiesta haber sufrido este tipo de ciberviolencia alguna vez y alrededor de un 35% que declara haberla perpetrado. En conclusión, los resultados de esta investigación coinciden con los de otros estudios en la bidireccionalidad de la ciberviolencia en las relaciones de pareja de adolescentes, así como en que ciertos comportamientos, sobre todo los relativos al cibercontrol, se encuentran especialmente normalizados en la adolescencia y la juventud. Estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de llevar a cabo experiencias de educación afectivo-sexual sistemáticas en el sistema educativo que proporcionen herramientas a los y las adolescentes y jóvenes para reconocer y rechazar comportamientos violentos en las relaciones de pareja.
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Ponencia Online
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Rosalía Urbano Cayuela
Comentó el 30/04/2021 a las 17:24:38
Muchísimas gracias por la ponencia. Es un tema muy interesante. Verdaderamente, como se expone, detectar esa violencia o determinar el punto en el que una conducta se sale fuera de lo normal puede ser bastante complejo. Como se explica en el comentario y la ponencia, la educación afectivo-sexual es básica y muy necesaria pero resulta complicado introducirla en los centros educativos. Por ahora, ¿qué existe en torno a esto en los centros?, ¿talleres, algún programa o plan?
Muchas gracias.
Saludos.
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Nazaret Blanco-Pardo
Comentó el 30/04/2021 a las 21:40:08
Buenas noches,
En respuesta a tu pregunta, cada vez existen más experiencias de coeducación en las escuelas e institutos. Pero la mayoría, salvo excepciones, se realizan de forma puntual, enfocadas en el modelo prevencionista o de riesgos, y llevadas a cabo por profesionales ajenos/as a las instituciones educativas. La escuela necesita una reforma global, y no sólo me refiero a la coeducación, sino que en general necesita reformas que fomenten la inclusión, ya que el sistema educativo actual perpetúa la cultura hegemónica patriarcal y occidental. Aunque son positivas las propuestas incluidas en la nueva ley de educación, la LOMLOE, que propone la revisión del currículo en base a los principios y valores recogidos en la presente Ley y en la Ley Orgánica 1/2004 de Violencia de Género; la inclusión de una figura en las instituciones educativas que se encarguen de impulsar medidas educativas que fomenten la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres; la incorporación al proyecto educativo de centro contenidos específicos relacionados con la igualdad de trato y la no discriminación, así como la prevención de la violencia contra las niñas y las mujeres; y en general propone que en los centros educativos se deben cumplir las cuestiones de educación para la igualdad presentes en el "Pacto de Estado contra la violencia de género", en la "Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género" y en la "Agenda 2030". Desde luego habrá que esperar para conocer como se han implantado estas medidas, así como seguir reivindicando una reforma del sistema educativo que garantice una educación de calidad, pública, gratuita, coeducativa e inclusiva.
Muchas gracias por tus preguntas
Un saludo,
Nazaret
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Maria Henar Alonso Mosquera
Comentó el 29/04/2021 a las 11:15:05
Enhorabuena, me parece un tema extremadamente interesante, actual y necesario. Me gustaría preguntarles si consideran que el ámbito digital se ha limitado a poner de manifiesto de forma más clara lo que ya existía en el ámbito privado de las personas, o si los nuevos modos de interacción de los jóvenes han cambiado la forma en que se ejerce la violencia: mayor número de personas violentas en algún modo, diferente perfil del agresor/a o de la víctima, formas de acoso o control diferentes, etc. Muchas gracias
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Nazaret Blanco-Pardo
Comentó el 29/04/2021 a las 13:53:38
Buenas tardes, muchas gracias por tu interés.
En respuesta a tu pregunta, las redes sociales han permitido la extensión de la violencia offline al contexto online, pero no significa concretamente que haya cambiado la forma en la que los/as jóvenes ejercen y sufren violencia en el contexto offline, sino que han encontrado en las redes sociales el espacio perfecto para continuar con la violencia ejercida en el contexto offline. En efecto algunos estudios confirman la relación existente entre la violencia ejercida/sufrida en el contexto online y offline. La gravedad de la ciberviolencia radica en que es constante, debido a que las redes sociales e internet permiten el contacto constante con la víctima y les proporcionan a los/as agresores/as una falsa sensación de impunidad. Además, muchos comportamientos ciberviolentos, sobre todo el cibercontrol, se encuentra normalizado entre los/as adolescentes y jóvenes, debido a la asunción de mitos del amor romántico, como el que vincula los celos con una señal de amor.
Espero haber respondido a tu duda, si quieres profundizar más en este tema, podemos enviarte referencias de estudios que hemos consultado, algunas de ellas también puedes verlas en la presentación de la comunicación o en nuestra otra comunicación "La Ciberviolencia en el corazón de la cis-heteronorma: un análisis desde la Teoría Queer".
Un saludo,
Nazaret
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Xosé Manuel Cid Fernández
Comentó el 27/04/2021 a las 19:20:26
Es un placer haber participado en esta investigación, tan bien presentada por Nazaret. El reto para educadores y educadoras es enorme, e implica un diálogo y un trabajo interdisciplinar entre todos los agentes educativos implicados. Por un lado está el profesorado, por otro los servicios sociales municipales, por otro las familias y el tejido asociativo local. La utopía de la ciudad educadora sigue siendo utopía, pero sigue siendo realizable, si todos y todas somos conscientes de la realidad en la que nos encontramos y esstamos dispuestos a ese trabajo interdisciplinar e interprofesional. La educación social puede ser clave en ese puente entre profesionales e instituciones, pero se requiere una apuesta por la educación en las políticas públicas de la comunidad autónoma, de las diputaciones, mancomunidades y ayuntamientos.
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Deibe Fernández-Simo
Comentó el 27/04/2021 a las 18:07:14
Buenas tardes:
Mi nombre es Deibe Fernández-Simo. Resultaría conveniente un cambio de paradigma en escuelas e institutos. El nuevo modelo debería orientarse a la introducción de la perspectiva socioeducativa. La presencia de figuras profesionales de la educación social posibilitará la detención de situaciones de violencia, así como la puesta en marcha de estrategias eficaces para avanzar en la educación afectivo sexual. El sistema educativo tiene pendiente adoptar una postura proactiva para facilitar herramientas al alumnado.
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Mari Paz Díaz Domínguez
Comentó el 24/04/2021 a las 19:27:34
Hola, mi nombre es Mari Paz y os escribo porque me ha parecido muy interesante esta comunicación en la que se analiza un problema muy severo en nuestra sociedad y, al mismo tiempo, muy difícil de detectar para las familias y educadores. A veces, cuando sale a la luz ya son muchas las consecuencias graves que ha tenido.
Me parece necesario poner las herramientas convenientes para detectar y erradicar este tipo de acoso que tanto daño hace a los jóvenes, cuya prevalencia en las redes sociales para ellos es fundamental en sus relaciones sociales.
¿Cómo podemos detectar una actitud violenta o controladora hacia las parejas? ¿Cómo se puede formar a los jóvenes para que no sean víctimas de este tipo de comportamientos? Muchas gracias. Un saludo.
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Nazaret Blanco-Pardo
Comentó el 27/04/2021 a las 18:41:56
Buenas tardes, muchas gracias por el interés mostrado en nuestra comunicación. En respuesta a la primera pregunta, las victimas de la violencia en el noviazgo suelen ir aislándose poco a poco. Algunas señales pueden ser el hecho de que la victima cada vez quede menos con sus amistades, que deje de realizar ciertas actividades que hacía antes de tener pareja, que cambie su aspecto físico (como la forma de vestir) o que presente alteraciones en el estado emocional. En el caso del agresor o la agresora, puede mostrar conductas impulsivas, autoritarias, controladoras y dominantes, así como una mala gestión de la irá. Además, carecen de empatía y les cuesta pensar lo que se siente su pareja con sus actuaciones.
En respuesta a la segunda pregunta, aunque cada vez se llevan a cabo más programas y experiencias de coeducación en las escuelas e institutos, los resultados de estudios recientes reflejan que estas no son suficientes. Por lo tanto, se tiene que producir una transformación del sistema educativo que camine hacia la verdadera coeducación, lo que conlleva no sólo incluir una asignatura obligatoria de educación afectivo-sexual desde la etapa de infantil, sino también revisar los libros de textos, las metodologías y recursos que se emplean en el aula, así como el lenguaje oculto que se encuentra y se emplea en las infraestructuras, desde los panfletos y carteles que se cuelgan en las paredes, hasta los documentos oficiales que se usan en la dirección de los centros (autorizaciones, protocolos, unidades didácticas, inscripciones…). También, es imprescindible la formación del profesorado en perspectiva de género, que le permita identificar y hacer frente a los elementos sexistas adheridos al curriculum oculto. Asimismo, el sistema educativo debe incorporar nuevos perfiles profesionales como los educadores y educadoras sociales que cuentan con formación específica y con las herramientas necesarias para promover la inclusión y equidad en las escuelas, ya que la educación debe ir más allá de los contenidos teóricos.
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